“¿Cree el Vicepresidente que un par de adornos inspirados en las culturas andinas resuelve el carácter y la tipología de una construcción? ¿Estética Plurinacional? Sería adecuado que el segundo mandatario se ilustre a propósito de la arquitectura nacional que ha buscado recobrar elementos de nuestro pasado indígena, desde que en 1918 Arturo Posnansky construyó su residencia, hoy Museo de Tiwanaku”, manifestó Mesa a través de su “blog” personal.
El debate en torno a estas dos edificaciones –La casa del Pueblo y la ampliación del edificio de la Asamblea Legislativa Plurinacional- comenzó con el cuestionamiento que recientemente hizo Mesa a propósito del carácter escasamente funcional de los dos inmuebles a los que catalogó de “engendros” por ir en contra de la “armonía arquitectónica” de la ciudad de La Paz y por mostrar un simbolismo ideológico del Estado Plurinacional.
Ante ello, García Linera no tardó en responder al expresidente a quien acusó de aferrarse a un estilo “republicano, racista, clasista y excluyente”.
“Esa es su concepción estrecha de la estética que tiene. (…) no hay un parámetro estético universal. Lo importante es que la estética a la que él (Mesa) se aferra (es) a la estética republicana, racista, clasista y excluyente está siendo sustituida por un espacio público y por una nueva estética plurinacional”, dijo.
Mesa nuevamente se puso a la carga y retrucó al Vicepresidente argumentando que el arquitecto urbanista Emilio Villanueva ya buscó recuperar “la tipología y las formas ornamentales de Tiwanaku”, objetivo que plasmó en la construcción del estadio Hernando Siles y del monoblock central de la Universidad Mayor de San Andrés.
“El gran problema de algunos políticos es la idea equivocada de que son los descubridores y creadores de un nuevo momento en la historia, como si –para el caso que nos ocupa- por ejemplo, la Revolución de 1952 nunca se hubiese producido”, dijo.
La exautoridad criticó la posición de García Linera a quien le recordó que “los valores estéticos transformadores que recobra la integralidad de nuestro pasado comenzó mucho antes de su nacimiento”, además de que la etapa republicana hizo aportes significativos a la democracia “que revalorizan lo indígena, contrarios a la discriminación y al racismo”.
“Si el Vicepresidente quiere encontrar ejemplos de arquitectura democratizadora y transformadora, no tiene más que dar un paseo por la ciudad de La Paz. Con un añadido fundamental que, como ocurre en Cusco o Quito, es perfectamente posible la agregación de estilos a partir de formas de organización social diversas (incluyendo la inevitable realidad de la antinomia dominadores-dominados) sin destruir los contextos urbanos”, sentencia Mesa.