El 10 y 11 de enero de 2007, fueron días de zozobra y espanto que vivieron los cochabambinos, fueron días de aciago por la brutal agresión de los cocaleros del Chapare dirigidos por Evo Morales que provocaron caos, violencia y duros enfrentamientos enttre civiles y grupos irregulares manejados por el evismo, señala el sociólogo Carlos Millares.
La historia relata que miles de cocaleros se apostaron en la Plaza 14 de Septiembre del 2007 en una supuesta “vigilia pacífica” y luego irrumpieron contra la Prefectura para saquear, destrozar y quemar la infraestructura prefectural.
Lo peor es que hasta la fecha, nada se ha esclarecido y los autores materiales e intelectuales siguen en la impunidad, incluso algunos buscando ser candidatos en las próximas elecciones.
Evo Morales, en su clásico estilo, convulsiono el país con demandas estrictamente sectoriales, como la defensa del cultivo de coca, y su oposición a la erradicación forzosa de coca en el Chapare, que como todos saben, el 90% de esa coca se va al narcotráfico.
Pero la Prefectura de Cochabamba no tenía nada que ver con un tema de carácter nacional. Por entonces se encontraba gobernando el país, el pusilánime Carlos Mesa, quien no hizo nada para evitar el conflicto.
Después se develo que Evo Morales no tenía como objetivo el Palacio de Gobierno de La Paz. Tenía el objetivo centrado en la Prefectura de Cochabamba, porque consideraba y sigue considerando a Manfred Reyes Villa como su peor enemigo. ¿Qué tenía que ver Manfred con la erradicación forzosa o la limitación de cultivos de coca en el Chapare? NADA.
Un 10 de Enero del 2007 cocaleros en un acto delincuencial ingresaron y quemaron la Prefectura. Pero no solo eso, buscaron por todo lado al Prefecto para terminar con su vida ahí mismo, según el mismo relato de los enardecidos chapareños. Vinieron a destrozar, incendiar y asesinar a mansalva, asi de claro. Quien ha intentado al menos esclarecer estos actos de terrorismo? NADIE, porque en los 20 años de régimen masista, todos los azules se encubrieron, se taparon sus fechorías quedando impunes ante la ley, pero no ante el pueblo que tiene memoria de lo que ocurrió hace 20 años.
Ante esos intentos de asesinato, Manfred tuvo que refugiarse fuera del país, sabiendo que el régimen de Evo Morales con todo su aparato represor iba a cumplir su cometido, por el peligro que representa Manfred para el masismo.
Con este 11 de enero, se cumplirán 11 años de impunidad. Cochabamba y el país merecen que la justicia pueda redimir y esclarecer estos hechos y hacer justicia por la quema de un símbolo histórico de los cochabambinos, por el intento de atentar contra la vida de Manfred, y por la muerte de un joven valiente como Cristian Urresti.
Evo Morales sabe muy bien quienes fueron los que ejecutaron los actos de terrorismo en la ciudad. Dirá algún día la verdad? O lo hará una vez ingrese donde tiene que estar por muchos años.