Viernes, 07 Noviembre 2025
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El MAS expulsó al presidente saliente Luis Arce en medio de acusaciones de corrupción

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El Movimiento al Socialismo (MAS), partido que dominó Bolivia durante casi veinte años, expulsó este jueves de sus filas al presidente saliente Luis Arce, a solo dos días de que ceda el mandato al centrista Rodrigo Paz.

La decisión, comunicada en conferencia de prensa por el presidente de la agrupación, Grover García, responde a “malos resultados electorales”, denuncias sin resolver de corrupción y señalamientos de deslealtad interna por parte del mandatario.

De acuerdo con la directiva del partido, la resolución implica la pérdida total de confianza hacia Arce y la ruptura formal entre el MAS y quien fue su máxima figura institucional.

“Hemos solicitado con varias notas que pueda regularizar esos desvíos y nunca regularizó hasta esta fecha y cabe informar por qué esos aportes nunca llegaron a las arcas del MAS”, sostuvo García.

El partido oficialista acusa a Arce de haber redireccionado fondos procedentes de contribuciones obligatorias que funcionarios públicos y militantes deben depositar regularmente para el financiamiento partidario.

La dirección del MAS remarcó que estas irregularidades, sumadas al insatisfactorio manejo de las denuncias de corrupción en la gestión pública, llevaron a una crisis de representación dentro del oficialismo.

“Rechazamos eso de forma contundente y por eso pedimos que el Ministerio Público pueda esclarecer las diferentes denuncias que se han presentado”, indicó García.

La fractura interna de lo que fue el bloque de izquierda mayoritario del país se agravó en los últimos dos años, marcada por el enfrentamiento entre el propio Arce y el ex presidente Evo Morales, sobre el rumbo del partido y la conducción estatal.

Durante la última campaña, García señaló que “se ha visto una traición en pleno proceso electoral” y responsabilizó a Arce de maniobras para perjudicar la candidatura oficialista encabezada por Eduardo del Castillo y Milan Berna.

Los comicios generales realizados el 17 de agosto dejaron a la formación con apenas el 3,17% de los votos, resultado que puso fin a casi dos décadas de gobiernos consecutivos del MAS y precipitó su debacle interna.

La debilidad electoral y la falta de claridad en las denuncias judiciales contribuyeron, según la directiva, a deteriorar el respaldo popular e institucional. Entre los reclamos se incluye también la falta de soluciones a la crisis de abastecimiento de combustible, una problemática que marcó los últimos meses de la administración Arce.

Luis Arce, de formación economista y antiguo ministro de Economía bajo la gestión de Evo Morales, ganó las presidenciales de 2020 como abanderado del MAS. A lo largo de su mandato, enfrentó tensiones internas y decidió en mayo desistir de buscar la reelección, tras haber manifestado en abril su intención de presentarse nuevamente. En ese contexto, Arce convocó públicamente a la unidad de la izquierda boliviana para evitar una dispersión de fuerzas ante la oposición.

La fragmentación oficialista alcanzó un nuevo nivel con la candidatura independiente del entonces presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, cercano a Morales, quien decidió competir bajo la Alianza Popular en las recientes elecciones, profundizando la división interna.

Finalmente, la segunda vuelta del 19 de octubre definió el relevo en el poder. Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), se impuso con el 54,96% de los votos sobre el ex mandatario derechista Jorge Tuto Quiroga, quien recibió un 45,04%.

Este desenlace marca una transición fundamental en la política boliviana, cuyo panorama quedó alterado tras la derrota del MAS y la expulsión formal de Arce Catacora, en una fractura inédita para el tablero latinoamericano.

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