Lunes, 05 Mayo 2025
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En Cochabamba, critican la insignificante protesta de los falsos ambientalistas que hablan de protección de un museo

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El presidente de la Federación de Juntas Vecinales, Fredy Laive Bautista, este miércoles protesto contra un grupo minúsculo de falsos ambientalistas que protestaron en el centro de la ciudad de Cochabamba, oponiéndose al traslado del museo al Jardín Botánico. Los supuestos ambientalistas que en su mayoría son gente extraña a la ciudad de Cochabamba, pretenden postergar los intereses de desarrollo de la región, oponiéndose a la construcción del Centro de Convenciones, acoto.

“Hoy me sorprendí como un grupo de personas que no representan a nadie, solo buscan posesionar a sus Organizaciones No Gubernamentales, como supuestos defensores del medio ambiente para conseguir más dinero de la comunidad internacional”, dijo Laive.

Mientras un grupo pequeño de apócrifos ambientalistas, el alcalde municipal Manfred Reyes Villa, con apoyo de una empresa, comenzaba un plan de reciclaje para cuidar la calidad del medio ambiente.

“Donde están esos falsos o pseudo ambientalistas, explotadores de los beneficios y dádivas que reciben gracias al museo, porque no asisten a las campañas de lucha contra la basura. De donde tienen dinero para malgastar en actos de borrachera”, dijo la ambientalista Irma Vargas de Salazar.

El sociólogo y abogado, Zenon Padilla Arancia, menciono que “a la plaza principal de Cochabamba acudieron un grupo de ambientalistas en rechazo al traslado del museo Urquidi, hoy denominado Dorbigñi a un predio definitivo y en un lugar que debiera ser orgullo de ambientalistas: el parque botánico.

Percibimos la presencia de unas pocas decenas de personas, la mayoría de caras bonitas y atuendos que probablemente de estreno hayan sido bastante costosos, actualmente vestuario que presentaba ya la acción del tiempo en su desgaste, no critico porque los hay quienes piensan que ello les da prestancia.

En algún momento gritaban y peleaban, no entendí contra quién porque nadie estaba ni esta contra el museo nombrado, al contrario todos están a su favor, es más, trasladarlo de la actual construcción vetusta situado en un terreno convertido en una especie de selva, a un lugar mantenido como un paraíso como es el jardín botánico y a una construcción totalmente refaccionada para ofrecer a los cochabambinos y visitantes un lugar propicio para un paseo cualquier día de la semana y mejor en sábado o domingo a comparación de que hoy, ese espacio está permanentemente cerrado, solo abre a ciertas personas.

No será que su pelea estaba dirigida a quienes pretenden arrancarles las dadivas que obtienen de ese museo, dinero por las entradas, subvenciones y regalos de organizaciones del extranjero, pasajes a convenciones o reuniones en diferentes países con el fin de discutir e intercambiar conocimientos sobre temas inherentes a la actividad que desarrollan y que finalmente a más del viaje y la diversión no aportan con nada a la sociedad que nunca se entera de esas reuniones y sus conclusiones.

Abandonando es triste espectáculo pase por la plaza de las banderas minutos después, la banda y petardos me hicieron detener y mirar un espectáculo diferente, inauguraban un programa llamado Cochabamba recicla.

Cientos de personas humildemente pero decentemente vestidos uniformados con sombreros de eco recolectores y recolectores de base, dos fundaciones de ambientalistas que acompañaban el evento, apoyo de grandes instituciones y empresas que comercializan productos de renombre, todos ellos luchando por implantar su grano de arena en favor del medio ambiente, estas humildes personas que recogen los desechos de calles domicilios y edificios sobreviven gracias a ese esfuerzo que lo desarrollan en silencio y 24 horas al día. Qué ejemplo de estos que humildemente defienden el medio ambiente en contraposición a aquellos señoritos que a nombre de la defensa de una casa vetusta y auto nominándose ambientalistas solo defienden sus propios y mezquinos intereses, donde están esos de reclaman por seis arboles del terreno Hass y la vista gorda cuando se trata de 160 árboles cortados para dar paso a un tren urbano o que dijeron o hicieron en el incendio del Tunari o la laguna Alalay.

Estos cínicos se apoyan en un resentido con nuestra ciudad que aprovechándose de una gentil dama ministra de cultura quiere cobrar venganza al haber sido vergonzosamente y por suerte de los Llajta masis, derrotado. A Cox pedirle que si su odio es tan grande que no puede con él, al menos aléjese de la problemática de esta tierra de valientes, señala el sociólogo y abogado, Zenon Padilla Arancibia.

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