Este domingo 17 se llevaron a cabo las elecciones nacionales en Bolivia y, de acuerdo con datos no oficiales al 95% de avance de la encuestadora Captura Consulting, difundidos por la Red Uno, el candidato Rodrigo Paz Pereira (PDC) encabeza la votación con el 31,6% de apoyo. En segundo lugar se ubica Jorge Tuto Quiroga, de la Alianza Libre con el 27,1%.
Le sigue Samuel Doria Medina, de alianza Unidad, que alcanza el 19,5%. En el cuarto lugar aparece Andrónico Rodríguez, de Alianza Popular con el 8,2%, mientras que Manfred Reyes Villa, de APB-Súmate, obtiene 7,1%.
En los últimos lugares se encuentran Eduardo del Castillo (MAS-IPSP) con 3,2%, Jhonny Fernández (FP) con 1,5%, y Pavel Aracena Vargas (ADN) con 1,4%.
En una jornada marcada por la incertidumbre y la alta expectativa ciudadana, los resultados en boca de urna dieron como ganador al candidato Rodrigo Paz Zamora, quien se ubicó en el primer lugar de las elecciones generales en Bolivia.
El segundo lugar fue ocupado por otro postulante de oposición, lo que obliga a ambos a definir la Presidencia en una segunda vuelta electoral.
El sorpresivo triunfo de Paz Zamora, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, ha sacudido el panorama político nacional. Contra todos los pronósticos y encuestas que daban ventaja a los políticos tradicionales, el candidato emergente logró captar el voto de una ciudadanía desencantada con los partidos que dominaron la escena en las últimas dos décadas.
De acuerdo a los primeros reportes, la votación mostró un rechazo generalizado a las viejas estructuras partidarias, debilitando a los líderes que hasta hace poco eran considerados favoritos. Analistas sostienen que esta elección representa un punto de quiebre en la política boliviana, al abrir espacio a nuevas generaciones y al reflejar el hastío de la población con promesas incumplidas.
La participación electoral fue masiva, en medio de una crisis económica, energética y ambiental que atraviesa el país. En varias ciudades se registraron largas filas en los recintos de votación, mostrando el compromiso ciudadano con el proceso democrático, pese al clima de desconfianza hacia las instituciones.
El balotaje, previsto para las próximas semanas, será determinante para definir el rumbo del país. Rodrigo Paz Zamora deberá ampliar su base de apoyo y tejer alianzas con sectores sociales y políticos para consolidar su liderazgo en la segunda vuelta.
Por ahora, lo que quedó claro es que los comicios del 17 de agosto marcaron un antes y un después: los electores optaron por dar la espalda a los políticos tradicionales y colocar en la delantera a un candidato que simboliza renovación y sorpresa.