Cochabamba, Bolivia – 18 de junio de 2025 .- El alcalde interino de Cochabamba, Diego Murillo, hizo este miércoles un llamado urgente a toda la ciudadanía y a los actores políticos del país para dejar atrás la confrontación, el odio y la mezquindad que han marcado los últimos años en la historia boliviana.

En un pronunciamiento enfático, pidió enfocarse en soluciones estructurales que respondan a las verdaderas necesidades del pueblo.

“Es hora de terminar con la guerra sucia y el enfrentamiento político. La sociedad boliviana ya no soporta más divisiones estériles ni discursos de odio. Hoy más que nunca necesitamos unidad para superar los graves problemas que enfrentamos”, afirmó Murillo en un acto público desde la Casa Consistorial de Cochabamba.

En un contexto de crisis económica, deterioro institucional y desconfianza ciudadana, Murillo hizo eco de una corriente de pensamiento que gana fuerza: la necesidad de una nueva cultura política basada en la democracia, la libertad y el servicio a la gente. “Debemos vivir en libertad y democracia, y eso solo será posible si desterramos el revanchismo político y priorizamos el bien común por encima de los intereses personales o partidarios”, expresó.

Asimismo, el alcalde interino destacó la gestión del exalcalde Manfred Reyes Villa, señalando que “desde Cochabamba se encendieron luces de esperanza para cambiar Bolivia”, con obras concretas, planificación urbana y una visión de largo plazo que transformó la ciudad. “Manfred ya demostró que sí se puede construir sin confrontar. Lo que necesitamos es replicar ese modelo en todo el país”, añadió.

La ciudadanía, cansada de promesas vacías y polarización, comienza a demandar soluciones reales: empleo, seguridad, salud, educación y desarrollo productivo. Murillo remarcó que “la gente quiere vivir en paz, con dignidad, con oportunidades para sus hijos. No quiere más discursos vacíos ni luchas de poder que no resuelven nada”.

Este mensaje llega en un momento crucial para Bolivia, en medio de tensiones políticas, crisis social e incertidumbre sobre el rumbo del país.

La reflexión de Murillo plantea un giro de fondo: que los liderazgos del futuro no se basen en la confrontación, sino en la reconciliación, el diálogo y el compromiso genuino con la patria.

“Es hora de reconstruir el país desde la unidad, la verdad y la esperanza. Basta de odios, basta de rencores. Cochabamba da el ejemplo, y Bolivia puede levantarse si caminamos juntos hacia el cambio”, concluyó.