Quillacollo, 8 de agosto — Este 9 de agosto se inicia oficialmente la Fiesta de Urkupiña con la tradicional entrada folklórica, un acontecimiento que cada año convoca a miles de danzarines, devotos, turistas nacionales y extranjeros. Más que una celebración, Urkupiña se ha consolidado como un fenómeno cultural, religioso y económico que transforma a Quillacollo en el epicentro de la devoción mariana y la identidad boliviana.
La jornada comenzará con la espectacular entrada folklórica, donde más de un centenar de fraternidades recorrerán las principales calles de la ciudad, exhibiendo coloridos trajes, coreografías llenas de energía y la riqueza cultural de las danzas nacionales. Este despliegue artístico no solo es una expresión de fe hacia la Virgen de Urkupiña, sino también una muestra viva del patrimonio cultural del país.
En el plano religioso, la festividad congrega a miles de peregrinos que llegan con promesas y agradecimientos a la Virgen, considerada la “Patrona de la Integración Nacional”. La devoción se refleja en la misa de vísperas, la procesión y la tradicional peregrinación al Calvario, actos que fortalecen la espiritualidad de los participantes.
Pero Urkupiña también es un motor económico para Quillacollo y el departamento de Cochabamba. Hoteles, restaurantes, transporte, comercio, artesanías y servicios turísticos registran una intensa actividad durante estas fechas.
Según estimaciones municipales, el movimiento económico supera varios millones de bolivianos, convirtiendo a la festividad en una de las más importantes para la reactivación local.
Autoridades y organizadores esperan que este año la afluencia de visitantes supere las cifras anteriores, gracias a la promoción turística y a la recuperación del flujo de turistas internacionales. La Fiesta de Urkupiña no solo es un encuentro de fe, sino un puente cultural que une a Bolivia con el mundo.
Urkupiña 2025 promete ser una experiencia inolvidable, donde tradición, espiritualidad y desarrollo económico se entrelazan en el corazón de Quillacollo.