Un depósito masivo de litio descubierto en la Caldera McDermitt, en la frontera entre los estados de Nevada y Oregón, Estados Unidos, captó la atención de la industria minera mundial.
Según estimaciones iniciales, las reservas de litio en este supervolcán extinto podrían alcanzar entre 24 y 40 millones de toneladas, lo que superaría ampliamente las reservas de Bolivia, que hasta el momento albergaba las mayores del mundo.
Este hallazgo tiene el potencial de cambiar las dinámicas del mercado global de litio, un mineral clave para la transición hacia energías limpias. La creciente demanda del mineral, impulsada por la producción de baterías para vehículos eléctricos y otras tecnologías verdes, hace de este descubrimiento un hecho trascendental.
El descubrimiento de estas enormes reservas fue realizado por un equipo de vulcanólogos y geólogos compuesto por Thomas Benson, Matthew Coble y John Dilles, quienes publicaron sus hallazgos en la revista Science Advances.
La Caldera McDermitt, con una superficie de 45 kilómetros de largo y 35 de ancho, cuenta con una composición geológica que permite la acumulación de litio en grandes cantidades. Este hecho sorprendió a los expertos, que señalaron que las condiciones en la caldera son ideales para concentrar este mineral.
Este supervolcán extinto en Nevada y Oregón contiene arcillas ricas en litio, lo que facilita el proceso de extracción en comparación con otros métodos, como el que se utiliza en las salinas de Bolivia. Este factor clave podría reducir significativamente los costos de producción y acelerar el suministro de litio en el mercado global.
Hasta ahora, Bolivia, con su famoso salar de Uyuni, ostentaba el título de mayor reserva de litio del mundo, con 23 millones de toneladas. No obstante, el reciente descubrimiento en la Caldera McDermitt podría superar esta cifra por un amplio margen, con estimaciones de hasta 40 millones de toneladas. Este hallazgo posiciona a Estados Unidos como un contendiente serio para liderar la producción mundial de litio, desplazando a Bolivia como el mayor proveedor.
Además, la facilidad de extracción en la caldera estadounidense otorga a este yacimiento una ventaja competitiva frente a las reservas bolivianas, cuyo proceso de producción es más complejo y costoso.
Estados Unidos cuenta con las reservas halladas en el supervolcán McDermitt, pero también posee otro importante depósito en Salton Sea, California, con una capacidad estimada de 3.400 kilotoneladas. Este yacimiento también promete un futuro relevante para la producción de litio en el país, consolidando a Estados Unidos como un actor clave en el mercado global.
Ambos depósitos ofrecen una oportunidad estratégica para que el país reduzca su dependencia de las importaciones de litio y fortalezca su posición en la industria de energías renovables.
La producción de litio es fundamental para la fabricación de baterías de vehículos eléctricos, un sector en auge debido a los compromisos internacionales para reducir las emisiones de carbono. Para el año 2040, se espera que la demanda global de litio se multiplique por ocho en comparación con los niveles actuales. Este mineral también es crucial para otras tecnologías limpias, como los paneles solares y las turbinas eólicas, lo que lo convierte en un recurso indispensable para la transición energética mundial.
El acceso a grandes reservas de litio permitirá a los países avanzar hacia sus objetivos de neutralidad de carbono, reducir su dependencia de los combustibles fósiles y cumplir con los acuerdos ambientales internacionales.
Según los últimos datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), las reservas de litio se distribuyen de la siguiente manera:
Bolivia: 23 millones de toneladas
Argentina: 22 millones de toneladas
Chile: 11 millones de toneladas
Estados Unidos: 11 millones de toneladas
Australia: 8,7 millones de toneladas
China: 6,8 millones de toneladas
Alemania: 3,8 millones de toneladas
La mayor reserva de litio del mundo se encuentra en el Salar de Uyuni, en Bolivia, que alberga alrededor del 25% de las reservas globales de este mineral clave para la fabricación de baterías y el desarrollo de la electromovilidad.
Aunque Bolivia posee esta abundancia de litio, su explotación ha enfrentado desafíos tecnológicos y políticos, lo que ha ralentizado su desarrollo en comparación con otros países de la región como Chile y Argentina. Sin embargo, el país sigue siendo un actor estratégico en el mercado global de este recurso esencial para la transición hacia energías renovables.