Vestido como sacerdote en un punto de bloqueo evista, José Luis Fuentes pidió el retorno de Evo Morales al poder. La Conferencia Episcopal Boliviana (CEP) advirtió con asumir acciones legales en contra del falso sacerdote que en el gobierno de Morales cumplió una misión diplomática en el Vaticano.
“Sus declaraciones no corresponden de ninguna manera a nuestra institución. Al generar una situación de engaño, la Conferencia Episcopal Boliviana se reserva el derecho de tomar las acciones legales que corresponden”, refiere la CEB en un comunicado.
Funes fue filmado en un punto de bloqueo en Cochabamba pidiendo el retorno de Morales y cuestionando al Gobierno nacional.
“Se hará justicia, la solemne y santa justicia. Con Evo tuvimos todo, volvé Evo, Evo volvé, te esperamos Evo. La solución y punto final es Evo”, decía vestido con un atuendo de sacerdote.
Según registros periodísticos, la vida de Funes está llena de polémicas. Siempre se dijo ser sacerdote a pesar de que la Iglesia Católica lo negó.
El 2015 el Arzobispado de Cochabamba denunció que Funes se hacía pasar por sacerdote, pese a que solo fue sacristán en la parroquia de Colcapirhua, Cochabamba. Incluso, llegó al extremo de celebrar “misas falsas en los cementerios y en los domicilios”.
En 2017 y 2018, durante la presidencia de Morales, Funes cumplió funciones como primer secretario en la embajada de Bolivia ante la Santa Sede en Roma, Italia.
Por entonces, el Arzobispado de Cochabamba alertó que Funes “estaría ahora en Italia, haciéndose pasar como sacerdote misionero boliviano. Él mencionaría, además, que está trabajando como primer secretario ante la Santa Sede”.
El hecho se confirmó por la declaración jurada que Funes presentó a la Contraloría General del Estado. Su nombre también figura en la nómina de personal del Ministerio de Relaciones Exteriores.
En mayo de 2021, el falso sacerdote lanzó un tomate a Manfred Reyes Villa, tras su posesión como Alcalde de Cochabamba.
Funes dijo que es miembro del MAS y confirmó que desempeñó funciones en la Santa Sede en Roma como diplomático de la Cancillería en la gestión de Morales.
