Evo Morales adviertió que, de ser capturado, habrá un “levantamiento” indígena y militar. También denunció un atentado contra su vida y aseguró que el gobierno busca desacreditarlo judicialmente.
El expresidente de Bolivia, Evo Morales, aseguró que, si el gobierno de Luis Arce lo captura, sus seguidores y algunos sectores militares responderán con un “levantamiento“. “Yo tal vez puedo exagerar, pero puedo asegurar que hay un levantamiento si soy capturado”, precisoó a la agencia EFE. Según el exmandatario, las Fuerzas Armadas han expresado que “los militares me dicen, por una parte, ‘nos estamos amotinando, no vamos a seguir’ porque están cambiando al mando rápidamente”.
El político permanece atrincherado en el Chapare, Cochabamba, desde hace 17 días, enfrenta una posible orden de captura por acusaciones de trata de personas y estupro. Durante su refugio, movimientos indígenas y campesinos de tendencia ‘evista’ han bloqueado las principales carreteras de la región central de Bolivia, en señal de respaldo al expresidente. Además, se consideran estos bloqueos como el inicio de una “rebelión” frente a lo que llama la “traición de Lucho (Arce)”.
También, el exmandatario aseguró que los bloqueos surgieron sin una orden directa, como reacción a la crisis económica, caracterizada por la falta de combustible y el alza en precios de productos de primera necesidad. “Ojalá no lo haga, ojalá no haya un muerto en alguna región del país o (sus seguidores) van a tomar los cuarteles”, advirtió al respecto Morales.
En otro aspecto, el líder del Movimiento al Socialismo (MAS) relató que el pasado domingo sufrió un intento de asesinato mientras viajaba por el Trópico de Cochabamba. “Usaron fusiles SA80 en mi contra, son fusiles usados por francotiradores que no tiene la Policía”, afirmó. Y aseguró que su automóvil recibió 14 disparos en un ataque que, según él, buscaba matarlo un día después de cumplir 65 años.
Sin embargo, la versión oficial del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, que sostiene que el expresidente escapó de un control antidrogas y disparó contra los agentes. Ante esto Morales cuestionó “¿Por qué no estaban en movilidades de Lucha contra el Narcotráfico? ¿Por qué no tenían uniformes ni los fusiles M16?”. Es más, sugirió irregularidades en el operativo y acusó al Gobierno de utilizar vehículos incautados al narcotráfico para encubrir una “emboscada”.
Asimismo, el ex mandatario sostuvo que su relación con el ministro Del Castillo es hostil desde que denunció corrupción en la Policía y afirmó que el funcionario planea su “asesinato”. Además, afirmó que aún cuenta con el apoyo de efectivos policiales que se mantienen leales a su liderazgo. En ello pidió la destitución del ministro y que se le inicie un proceso judicial por su supuesta participación en el plan.
“No me iré de Bolivia”, afirmó Morales e informó que no abandonará el país, como hizo en 2019 al exiliarse en Argentina. En ese entonces, denuncias de fraude electoral desencadenaron una crisis política que lo obligó a renunciar a la Presidencia y salir del país. Morales se mantiene en su postura de que aquellos hechos constituyeron un “golpe de Estado”.
Del mismo modo, durante la entrevista indicó que el distanciamiento con el presidente Arce se remonta a 2021. Justamente, personas cercanas le revelaron un “plan negro” impulsado por el mandatario para apartarlo del escenario político. Este supuesto plan también incluía al presidente de la Cámara de Senadores, Andrónico Rodríguez, otro de los líderes ‘evistas’. Morales relató que, de haber sido detenido el domingo pasado, sus seguidores habrían reaccionado de inmediato.
Mientras tanto, la Policía ha decidido replegarse del Chapare y alegó falta de garantías de seguridad. Esta situación ha provocado el cierre de bancos y servicios en la región. Todo ello en un contexto latente de enfrentamientos entre fuerzas del Gobierno y los seguidores de Morales.