El ministro de Planificación del Desarrollo, Sergio Cusicanqui, negó este martes que Bolivia esté en riesgo de hambruna y rechazó las aseveraciones que han surgido con base a un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

“Expresar nuestro rechazo a las aseveraciones que han surgido con base en el informe que ha sido planteado por el PMA y la FAO, sobre los puntos críticos de hambre y sus proyecciones de junio a octubre de este año”, dijo el ministro, citado por ABI.

Ayer, la ONU publicó su informe “Puntos críticos de hambre. Alertas tempranas de la FAO y el PMA sobre inseguridad alimentaria aguda: Perspectivas de junio a octubre de 2025”, en el que alerta que “se espera que la inseguridad alimentaria aguda se deteriore durante el período de pronóstico en Bolivia, debido a la alta inflación sostenida y la disminución de las reservas de divisas. Se proyecta que esto continúe erosionando la capacidad de importación y el poder adquisitivo de los hogares, lo que limitará aún más el acceso a los alimentos”.

“Como Gobierno nacional, rechazamos enfáticamente las aseveraciones señaladas en el informe y las opiniones vertidas a partir de éste; porque, en primera instancia, se ha tratado de generar incertidumbre y zozobra a partir de aseveración de que Bolivia está en riesgo de hambruna, lo cual es totalmente falso”, afirmó Cusicanqui.

Insistió que esa aseveración es falsa porque en el informe del organismo internacional, publicado y comentado, se identifica a 13 países que estarían en riesgo de hambruna durante la presente gestión y Bolivia no aparece entre los países de riesgo.

“También nosotros rechazamos las aseveraciones en torno a nuestro país en este informe y en otras declaraciones de autoridades del PMA y de la FAO, porque no consideran características fundamentales desde nuestro país”, añadió.

Cusicanqui cuestionó que en dicho informe no se considere, por ejemplo, la agricultura familiar en Bolivia, la cual es fundamental y está orientada al autoabastecimiento en primera instancia y después a la provisión de alimentos en las ciudades del país.

Además, aseguró, deja de lado los esfuerzos de Bolivia para mejorar la producción de alimentos, a través de programas de fomento a la productividad y de riego tecnificado que se desarrollan en diferentes regiones del territorio nacional.