Lunes, 24 Noviembre 2025
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Bolivia en crisis: mientras el país pasa hambre, los aliados del gobierno se disputan el poder

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Bolivia atraviesa una turbulencia económica y social profunda, marcada por el encarecimiento de los productos básicos, la caída del empleo y la angustia cotidiana de millones de familias que ya no logran cubrir la canasta familiar.

Sin embargo, mientras el país enfrenta esta realidad dramática, en el entorno político del actual gobierno la prioridad parece ser otra: La lucha interna por espacios de poder.

Diversos sectores ciudadanos denuncian que, lejos de concentrarse en medidas urgentes para frenar la inflación, reactivar la producción o combatir el hambre, los grupos aliados al gobierno están enfrascados en una guerra silenciosa —pero evidente— por puestos, cargos, cuotas institucionales y control de ministerios estratégicos.

Esa puja por poder, descrita por analistas como un “reparto sin rumbo”, se ha convertido en el sello del nuevo ciclo político. Mientras tanto, los problemas reales del país siguen creciendo:  Los precios de la canasta familiar continúan disparándose. Los salarios no  alcanzan para cubrir gastos básicos.

Los mercados reportan sobreprecios sin control efectivo.  El desempleo aumenta y la informalidad se desborda. La producción nacional se debilita cada mes.

En este contexto crítico, la población observa con indignación cómo las disputas internas consumen tiempo, energía y recursos del Estado.

La sensación de abandono es evidente: la gente siente que el gobierno está más concentrado en sostener alianzas y contentar a grupos de poder que en atender la crisis nacional.

Mientras los ciudadanos hacen filas para comprar alimentos más caros cada semana, los bloques políticos aliados discuten quién toma tal dirección, quién controla tal empresa pública, quién maneja tal viceministerio o quién ocupa tal despacho. Y cada pugna interna termina paralizando decisiones clave, profundizando el estancamiento y enviando un mensaje claro: el poder importa más que el país.

Bolivia, golpeada por el hambre y la pobreza, no puede darse el lujo de seguir financiando peleas internas que no aportan nada a la población. El país no necesita más disputas; necesita soluciones.

Hoy, la ciudadanía exige que los aliados políticos del gobierno dejen de convertir al Estado en un botín y asuman la responsabilidad histórica de gobernar para el pueblo, no para sus propios intereses.

Porque mientras ellos se pelean por sillas, Bolivia se desangra.  Y el tiempo se agota.  ((FAUSTO COLPARI- PERIODISTA)

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