Miles de bailarines que ensayaron durante meses lucen vistosos trajes y enérgicos pasos en las diversas danzas tradicionales en el Carnaval de Oruro de Bolivia, uno de los más vistosos de Suramérica y Patrimonio de la Humanidad desde 2001.
Las graderías de madera que están armadas a lo largo de los cerca de cuatro kilómetros de recorrido, para que los espectadores puedan disfrutar de las danzas se fueron llenando de a poco para observar todo el día el paso de las decenas de fraternidades de danzas bolivianas.
En tanto los bailarines alistaron sus coloridos trajes, se maquillaron en puestos móviles que están listos para trenzar los cabellos de las mujeres, poner brillos, asegurar los sombreros o las plumas de su vestimenta para iniciar el recorrido en devoción a la Virgen del Socavón, la patrona de Oruro.
Las bandas de música también lucieron sus mejores galas y algunas coreografías que se robaban los aplausos de los espectadores al son de los bombos, los platillos y las trompetas.
Las danzas La alegría, los aplausos y los cantos acompañaron el recorrido de los bailarines que mostraron danzas como la tradicional diablada, en la que todos los bailarines no se retiran las máscaras de diablos durante todo el recorrido, esto como parte de la promesa que hacen a la Virgen del Socavón.
Los bailarines llevan máscaras de ojos saltones y cuernos similares a los de un diablo y saltan moviendo unas pañoletas de colores escenificando la lucha entre el bien y el mal, que son representados por el arcángel San Miguel y Lucifer.
También representaron la morenada, una danza de las más requeridas en el carnaval, en la que las mujeres lucen vistosos trajes llenos de brillos y piedras y los hombres utilizan una máscara con rasgos exagerados que avanzan a paso lento que rememora las danzas de los antiguos esclavos traídos desde África a América.
La boliviana Kathy Ríos ha bailado 28 años consecutivos y ahora con 76 años, contó a EFE que no quiere dejar de bailar por la virgen del Socavón para pedir salud y prosperidad para su familia y que no dejará de bailar por la fe a la virgen.
Muchos jóvenes optan por bailar caporales, en las que las mujeres mueven una corta pollera, una falda plisada, y los hombres hacen sonar los cascabeles de sus botas mientras animan a los espectadores.
Asimismo, la danza autóctona de Waka Waka, que representa una interpretación satírica de una corrida de toros que realizaban los españoles en el que las mujeres utilizan más de una decena de polleras que mueven con las caderas, este baile fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de Bolivia.
"Esta danza es muy hermosa, es autóctona, es mi primer año y estoy bailando con ocho polleras, quiero pedir por la salud de mi padre", comentó a EFE la boliviana Jhoseline Callisaya.
Los centenares de devotos llegan hasta el santuario del Socavón para ingresar de rodillas a la iglesia y agradecerle o pedirle favores a la virgen con toda la fe y hacerle la promesa de bailar por lo menos tres años, como dicta la tradición.
Callisaya indicó que la promesa a la virgen es bailar una misma danza por tres años consecutivos para agradecerle o pedirle algún favor.
El Carnaval de Oruro, ciudad a 3.700 metros sobre el nivel del mar y ubicada en el altiplano, es considerado uno de los más importantes tras el de Río de Janeiro.
Las celebraciones por el carnaval se extienden por toda Bolivia en estos días, con desfiles folclóricos y fiestas.
Este año el Carnaval de Oruro estaba en riesgo debido a los bloqueos de carreteras por parte de sectores afines al expresidente de Bolivia Evo Morales exigiendo que se realicen las elecciones judiciales que debían ser el año pasado, pero no se concretaron por trabas en la convocatoria, luego de 16 días se levantó esa medida de presión.
La ministra de Culturas, Sabina Orellana, indicó que por estos bloqueos muchas reservas en hoteles se cancelaron por la incertidumbre de no saber si podían llegar hasta la ciudad de Oruro para disfrutar del majestuoso carnaval.