En Bolivia 19 vidas inocentes han sido cruelmente segadas en una oleada de infanticidio que ha dejado al país consternado. Según el director de la Fiscalía Especializada en Delitos Contra la Vida, Sergio Fajardo, estas alarmantes cifras provienen de 18 casos registrados hasta la fecha.
La pesadilla se ha extendido por todo el país, con 7 casos espantosos en Santa Cruz, 5 en La Paz, 4 en Potosí, 2 en Cochabamba y 1 en Oruro. De manera esperanzadora, no se han reportado casos en otros departamentos.
Los informes forenses revelan un cuadro espeluznante: 8 víctimas han perdido la vida por asfixia, 7 por brutales golpes o traumas, 2 por armas blancas y otras 2 han sucumbido ante el tormento de las quemaduras.
Aún más alarmante, en las primeras etapas de las investigaciones, se ha dictado sentencia en 6 de los 18 casos. Este escalofriante brote de violencia contra los más vulnerables saca a relucir la necesidad imperiosa de que Bolivia tome medidas enérgicas para poner fin a esta pesadilla y garantizar que se haga justicia en nombre de los pequeños ángeles que han sido arrebatados de nuestro mundo.