Las elecciones judiciales en Bolivia, previstas para este domingo 15 de diciembre del 2024, han generado un clima de incertidumbre debido a la falta de información clara sobre los candidatos y sus perfiles.
Este fenómeno no es nuevo en el país, ya que desde la implementación de la elección popular de autoridades judiciales en 2011, se ha criticado la poca transparencia y la limitada participación ciudadana en la selección de postulantes.
Muchos analistas políticos expresan que las elecciones previstas para este domingo sera un fracaso. La gente no sabe por quien votar o como se debe sufragar.
Durante el proceso preelectoral existió falta de difusión de información: Los ciudadanos tienen escaso acceso a los antecedentes, propuestas o méritos de los candidatos, lo que dificulta evaluar sus capacidades.
Ademas hay desconfianza en el sistema: La percepción de que el proceso está influenciado por intereses políticos, especialmente por el oficialismo y por el evismo, desalienta el interés ciudadano.
Durante los últimos días se observo total desinterés generalizado: Muchos bolivianos consideran que estas elecciones no impactan directamente en la mejora del sistema judicial, ya que los problemas de corrupción y politización persisten.
Dicen que en Bolivia es voto obligatorio: Aunque el voto es obligatorio, muchos ciudadanos optan por emitir votos nulos o blancos como forma de protesta.
Ante este panorama, el resultado de las elecciones judiciales podría reflejar nuevamente un alto porcentaje de votos nulos o blancos, lo que cuestiona la legitimidad del proceso y la eficacia del sistema judicial en su conjunto.
La necesidad de una reforma integral del sistema judicial se ha vuelto un reclamo recurrente en diversos sectores del país.