La Paz, Bolivia, 20/05/2025.- La indignación crece entre los bolivianos frente a la política barata y oportunista que practican los partidos políticos rumbo a las elecciones.
Hoy más que nunca, Bolivia necesita liderazgos nuevos, honestos y preparados. No hay espacio para la improvisación cuando el futuro económico, político y social del país está en juego.
La ciudadanía observa con preocupación cómo se reciclan figuras sin mérito, se improvisan candidaturas y se priorizan cálculos personales o partidarios por encima del bien común.
Candidatos a la vicepresidencia, senadurías y diputaciones aparecen en listas como completos desconocidos, muchos sin formación, sin propuestas claras y con historial de transfuguismo político.
Lo que debería ser una competencia de ideas, experiencia y compromiso, se convierte en una feria de nombres, acomodos y conveniencias.
“Estamos cansados de ver camaleones políticos que hoy dicen una cosa y mañana otra, dependiendo de dónde sople el viento”, afirma un analista independiente. “No hay proyecto de país, solo ambición”.
La falta de transparencia en las designaciones, el uso de redes clientelares y la exclusión de líderes genuinamente comprometidos con sus regiones o causas sociales refuerzan el desencanto colectivo.
En lugar de fortalecer la democracia, muchos partidos la están debilitando desde adentro, instrumentalizando las instituciones para fines personales.
Desde diversos sectores sociales, emergen voces que piden algo más que discursos: “Hagan algo por Bolivia”, reclaman jóvenes, académicos, sectores populares y ciudadanos comunes. La urgencia por un cambio real no es un eslogan, sino una necesidad histórica. (FAUSTO COLPARI)