Lunes, 18 Agosto 2025
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Saqueo de minerales estratégicos: Silencio cómplice de los candidatos a la presidencia de Bolivia

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Mientras las transnacionales se enriquecen con minerales raros y estratégicos, los aspirantes al poder callan o distraen al país hablando solo del litio. ¿Quién defiende verdaderamente la soberanía sobre nuestros recursos naturales?

Bolivia está siendo saqueada en silencio. El país pierde cada año miles de millones de dólares en recursos minerales que terminan en manos de empresas transnacionales, mientras los candidatos a la presidencia ignoran deliberadamente esta realidad o prefieren mirar hacia otro lado.

En sus discursos y planes de gobierno, los aspirantes al poder se han limitado a repetir promesas vacías sobre el litio, sin mencionar siquiera la brutal explotación que ocurre en San Cristóbal, San Vicente, Bolívar, Chorolque, Mallku Khota y decenas de otras minas que extraen minerales raros, estratégicos y altamente cotizados en el mercado global.

¿Dónde están los discursos sobre los metales críticos que alimentan la industria tecnológica y armamentista del mundo? ¿Por qué nadie habla del coltán, del indio, del telurio, de las tierras raras que salen de nuestras entrañas sin dejar beneficios reales para los bolivianos?

Según estimaciones independientes, estas minas generan más de 3.000 millones de dólares al año. Dinero que podría destinarse a salud, educación, empleo productivo y desarrollo rural. Dinero que podría erradicar la pobreza en regiones enteras. Pero ese dinero se va al extranjero, mientras en Bolivia seguimos rogando créditos internacionales, programas de “alivio” y donaciones.

CANDIDATOS AL PODER, ¿ALIADOS DEL SAQUEO?

El silencio de los presidenciables no es ingenuo. Muchos de ellos tienen vínculos directos o indirectos con grupos empresariales, consorcios internacionales o lobbies económicos que controlan parte del negocio minero.

En vez de exigir la nacionalización efectiva o renegociación soberana de contratos, prefieren hablar de alianzas público-privadas y dar seguridad jurídica a los saqueadores.

Este comportamiento, en los hechos, los convierte en cómplices y traidores a la patria. No es exagerado afirmar que quien no defiende nuestros recursos naturales, no merece el respaldo del pueblo boliviano.

La historia ha demostrado que los recursos naturales no se defienden con discursos, sino con decisiones valientes. Ya es hora de que los candidatos digan con claridad qué van a hacer con las minas y con las riquezas que hoy se llevan empresas extranjeras. ¿Van a rescatarlas para el pueblo o seguirán entregándolas como lo han hecho gobiernos anteriores?

El pueblo boliviano no puede seguir siendo espectador de su propia miseria mientras otros se hacen ricos. Rescatar nuestras minas no es una opción ideológica, es una obligación moral y patriótica.

Si los candidatos no tienen el coraje de hacerlo, que no se presenten. Porque Bolivia no necesita más gerentes del saqueo. Necesita líderes con dignidad, soberanía y compromiso real con el país.

Mientras las transnacionales se enriquecen con minerales raros y estratégicos, los aspirantes al poder callan o distraen al país hablando solo del litio. ¿Quién defiende verdaderamente la soberanía sobre nuestros recursos naturales?

Bolivia está siendo saqueada en silencio. El país pierde cada año miles de millones de dólares en recursos minerales que terminan en manos de empresas transnacionales, mientras los candidatos a la presidencia ignoran deliberadamente esta realidad o prefieren mirar hacia otro lado.

En sus discursos y planes de gobierno, los aspirantes al poder se han limitado a repetir promesas vacías sobre el litio, sin mencionar siquiera la brutal explotación que ocurre en San Cristóbal, San Vicente, Bolívar, Chorolque, Mallku Khota y decenas de otras minas que extraen minerales raros, estratégicos y altamente cotizados en el mercado global.

¿Dónde están los discursos sobre los metales críticos que alimentan la industria tecnológica y armamentista del mundo? ¿Por qué nadie habla del coltán, del indio, del telurio, de las tierras raras que salen de nuestras entrañas sin dejar beneficios reales para los bolivianos?

Según estimaciones independientes, estas minas generan más de 3.000 millones de dólares al año. Dinero que podría destinarse a salud, educación, empleo productivo y desarrollo rural. Dinero que podría erradicar la pobreza en regiones enteras. Pero ese dinero se va al extranjero, mientras en Bolivia seguimos rogando créditos internacionales, programas de “alivio” y donaciones.

CANDIDATOS AL PODER, ¿ALIADOS DEL SAQUEO?

El silencio de los presidenciables no es ingenuo. Muchos de ellos tienen vínculos directos o indirectos con grupos empresariales, consorcios internacionales o lobbies económicos que controlan parte del negocio minero.

En vez de exigir la nacionalización efectiva o renegociación soberana de contratos, prefieren hablar de alianzas público-privadas y dar seguridad jurídica a los saqueadores.

Este comportamiento, en los hechos, los convierte en cómplices y traidores a la patria. No es exagerado afirmar que quien no defiende nuestros recursos naturales, no merece el respaldo del pueblo boliviano.

La historia ha demostrado que los recursos naturales no se defienden con discursos, sino con decisiones valientes. Ya es hora de que los candidatos digan con claridad qué van a hacer con las minas y con las riquezas que hoy se llevan empresas extranjeras. ¿Van a rescatarlas para el pueblo o seguirán entregándolas como lo han hecho gobiernos anteriores?

El pueblo boliviano no puede seguir siendo espectador de su propia miseria mientras otros se hacen ricos. Rescatar nuestras minas no es una opción ideológica, es una obligación moral y patriótica.

Si los candidatos no tienen el coraje de hacerlo, que no se presenten. Porque Bolivia no necesita más gerentes del saqueo. Necesita líderes con dignidad, soberanía y compromiso real con el país. (FAUSTO COLPARI)

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