La industria boliviana de la construcción está sufriendo problemas financieros por la falta de divisas en todo el país debido a su dependencia de los materiales importados, mientras que el aumento de las tasas de interés también está dando menos respiro a los inversionistas, según la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz).
“Si bien esta situación afecta a todos los sectores de la economía, directa o indirectamente, el grado de incidencia no es homogéneo, la construcción encabeza la lista de las actividades económicas que recibe mayor impacto negativo”, dijo la cámara y su Centro de Estudios Económicos y Desarrollo (CEED).
La demanda de dólares en Bolivia se ha disparado en las últimas semanas en medio de la incertidumbre por las menores exportaciones de gas, las menguantes reservas internacionales del Banco Central y un elevado déficit fiscal, que el año pasado alcanzó el 7,2% del PIB, aunque supone una mejora respecto al 9,3% registrado en 2022 y el 12,7% de 2021 (véase el gráfico siguiente).
En el caso concreto del sector de la construcción, Bolivia importa muchos materiales clave, como el hierro y el acero, algunos de los cuales han sufrido subidas de precios de hasta 75% en los dos últimos años, lo que repercute en los resultados de los proyectos tanto del sector público como del privado.
“Esto repercute no solo en los precios de la vivienda cuando sube el tipo de cambio de dicha moneda, también aumentan las tasas de interés, lo que a su vez causa problemas para los inversionistas, posterga proyectos del sector de la construcción, aumenta de forma inesperada el nivel de endeudamiento, y retrasa la entrega de obras”, indicó Cadecocruz.
La cámara sostiene que una parte importante del problema proviene de la dependencia de Bolivia de las exportaciones de gas, que se han visto debilitadas por la bajada de los precios en los últimos años y la escasez de inversiones en nuevas exploraciones desde el final del ciclo de auge de los commodities en 2014.
El crecimiento económico se ha mantenido a través de altos niveles de gasto público financiado por préstamos internos y externos, pero ahora esto ha dado lugar a altos niveles de deuda pública.
La deuda externa de Bolivia se elevó de US$2.200 millones a casi US$12.700 millones entre 2007 y junio del año pasado, según datos del Banco Central.
En términos generales, Bolivia es vulnerable a acontecimientos externos relacionados con la volatilidad de los precios de los commodities, la subida de las tasas de interés y la ralentización del crecimiento económico mundial. En el escenario interno, el país también es vulnerable a los fenómenos climáticos.
“Las limitadas reservas de gas, los altos subsidios a los combustibles, un mercado regional cada vez más competitivo y la nueva tendencia por descarbonizar el sector energético, hacen necesario buscar alternativas a la exportación de gas”, afirmó Cadecocruz, y agregó que se debe promover la inversión privada para acelerar el crecimiento económico y mejorar calidad del trabajo
También instó al gobierno a impulsar las exportaciones y frenar las importaciones en el corto y mediano plazo, y tomar medidas para reducir el déficit fiscal al 2% en los próximos tres años.
El viernes, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley para comprar oro a las mineras en un intento por reforzar las reservas de moneda extranjera de la autoridad monetaria. La propuesta aún debe debatirse en el Senado, pero la cámara sugirió que el gobierno debería concentrarse en garantizar que se apruebe.
Otros sectores que se espera que pasen apuros por la escasez de divisas son el financiero, ya que los bancos se enfrentan a una elevada demanda de dinero internacional, así como cualquier importador y el sector público, que también necesita dólares para realizar importaciones y cubrir su deuda exterior.