Lunes, 21 Julio 2025
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Bolivia rumbo a las elecciones: incertidumbre política y desconfianza ciudadana marcan la coyuntura

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La Paz – En un escenario de profunda crisis económica, con el dólar paralelo en ascenso, escasez de combustibles, una inflación contenida pero frágil, y una polarización política sin precedentes, Bolivia se acerca a un nuevo proceso electoral sin un liderazgo claro ni propuestas sólidas que entusiasmen a la ciudadanía.

De acuerdo con investigaciones académicas y análisis de opinión realizados en distintas regiones del país, al menos un 30 por ciento del electorado aún no tiene definido su voto y expresa una profunda desconfianza hacia los principales actores políticos.

Este porcentaje revela no solo el desencanto con las actuales ofertas electorales, sino también el agotamiento de un modelo político que parece repetir los mismos errores del pasado.

Expertos políticos señalan que ninguno de los candidatos actuales lograría superar el 25% del voto nacional en una primera vuelta, lo que anticipa una elección altamente fragmentada, donde el voto útil, el desencanto y el ausentismo podrían definir el resultado.

“Estamos ante una crisis de representatividad.

Las figuras que se presentan como presidenciables no logran conectar con las verdaderas demandas de la gente, ni ofrecen soluciones concretas a la emergencia económica que vivimos”, señala el analista político Ramiro Callejas. “Muchos de estos líderes siguen anclados en discursos ideológicos, mientras la población exige respuestas frente al desempleo, la inflación, la falta de dólares y el deterioro del sistema de salud y educación”.

El escenario económico actual es uno de los más críticos en las últimas dos décadas. La reducción de reservas internacionales, la caída de la producción hidrocarburífera, y la dependencia de las importaciones, sobre todo de combustibles, han puesto al Estado en una posición de fragilidad.

Todo esto repercute en el día a día de los bolivianos, que lidian con el alza de precios y la incertidumbre sobre el futuro inmediato.

En este contexto, las campañas políticas se centran más en ataques personales y lealtades a antiguos caudillos, que en propuestas reales para salir de la crisis. Además, el uso de encuestas manipuladas y pagadas ha distorsionado aún más el panorama electoral, alejando a la ciudadanía de un proceso que debería ser de participación informada y democrática.

Los sectores sociales, por su parte, también se encuentran divididos. Mientras algunos movimientos aún responden a la lógica partidaria tradicional, otros comienzan a organizarse de manera independiente, buscando representar las verdaderas necesidades del pueblo.

¿QUÉ LE ESPERA AL PAÍS?

El futuro inmediato es incierto. Bolivia podría entrar en una nueva etapa de inestabilidad si no se logra un consenso mínimo sobre el rumbo económico y democrático del país. El peligro de una segunda vuelta polarizada y sin mayoría clara, sumado a un ambiente de desconfianza, podría debilitar aún más la gobernabilidad.

En palabras de la politóloga Rocío Aguilera: “Más que una elección, lo que necesitamos es una renovación del pacto social. Ningún gobierno podrá enfrentar la crisis si no se legitima en las urnas con propuestas serias, transparencia y voluntad de diálogo”.

Los próximos meses serán decisivos. Bolivia se encuentra en una encrucijada: o renueva su clase política con propuestas serias y liderazgos comprometidos, o se arriesga a repetir un ciclo de crisis y confrontación sin fin.

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Implementado por Marcelo Colpari – BOLIVIA PRENSA