Bolivia vivirá su tradicional martes de ch’alla, una costumbre consolidada sobre todo en la zona altiplánica y en los valles del país. Esta jornada es propicia para agradecer por lo recibido y hacer eco de algunas peticiones que se tengan a la Pachamama.
No por nada en Bolivia el feriado se extiende hasta un cuarto día. El martes de ch’alla es un símbolo de los usos y costumbres precolombinos que se ha consolidado en la actualidad y modernidad con la que el país vive y convive.
Casas y autos decorados, cohetillos y petardos que retumban por la ciudad son parte de la tradición de la ch’alla, que se celebra este martes en todo el país, donde familias enteras le muestran su gratitud a la Madre Tierra o Pachamama.
Desde temprano, las familias se dan a la tarea de adornar sus casas con globos, serpentinas, confetis, banderines, k’oas y flores. Los vehículos y negocios también fueron decorados para cumplir con la tradición.
No faltan las bebidas como vino, alcohol y cerveza que se derrama en las esquinas de las propiedades, además de los autos y negocios para que estén bien cuidados.
De acuerdo con las tradiciones, el alcohol se utiliza para dar de beber a la Pachamama y para que reciba las ofrendas.
Durante la celebración del carnaval, en las regiones en las que se practica esta tradición, se destina el día martes para realizar ofrendas y adornar los objetos considerados regalos de la deidad y solicitar buena fortuna para el futuro.
Esta práctica se halla muy extendida en Bolivia donde el rito se practica también el viernes en oficinas y lugares con apertura exclusiva en días de semana, a esta práctica se le denomina challar la oficina.
Algunos elementos utilizados durante el martes de challa son los confites, mixtura, serpentina, sullus, cohetes, frutos, banderines y flores que se usan para el adorno de los objetos o lugares a encomendarse así como para desear fortuna a los participantes envolviéndolos en serpentina, cubriéndolos con mixtura y brindando con ellos.
Ch’allar, que en aymara significa “rociar”, es parte de la tradición de Carnaval. Muy arraigado en occidente, de a poco esta actividad fue ganando espacio también en oriente del país producto de la migración de familias.
“Es para que prospere la tierra, para que nos dé un año mejor, más trabajo”, dijo una mujer.
La ch’alla es una forma de agradecerle a la Pachamama por lo que uno tiene y la mejor forma de hacerlo es mediante la reciprocidad, alimentando a la Pachamama con alegría.
“Ch’allamos para agradecer a la Pachamama, le damos confetis, flores y alcohol”, resaltó un varón en Cochabamba.
En La Paz y El Alto, las casas lucen adornos con globos y banderines y las familias enteras comparten para agradecer por los bienes que tienen.