Cochabamba, Bolivia – En el marco de la conmemoración del Bicentenario de Bolivia, el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, lanzó una dura crítica a la situación actual del país, señalando que tras dos siglos de supuesta independencia, Bolivia sigue atrapada en la pobreza, la dependencia externa y la explotación de sus recursos naturales sin ningún beneficio real para la población.
“Seguimos siendo un país esclavizado por el subdesarrollo, saqueado por intereses internos y externos. No hemos sabido aprovechar nuestras riquezas para industrializar Bolivia”, sostuvo Reyes Villa en declaraciones realizadas durante actos conmemorativos en la Llajta.
Según el alcalde, los bolivianos han sido testigos pasivos de cómo sus minerales estratégicos son extraídos sin generar valor agregado y cómo el litio —una de las mayores promesas económicas del país— está en riesgo de ser “regalado a potencias extranjeras”.
La crítica no se limita a actores externos. Reyes Villa fue tajante al señalar que los mayores obstáculos para el desarrollo nacional han sido los propios actores políticos.
“Tenemos que expulsar a los falsos socialistas y a los vividores de la política. Bolivia necesita un nuevo horizonte, libre de quienes se han enriquecido del Estado sin ofrecer soluciones reales al pueblo”, sentenció.
A 200 años del grito libertario, la paradoja es evidente: Bolivia es rica en recursos naturales, pero pobre en desarrollo humano, industrialización y soberanía económica. Las promesas del proceso de cambio se diluyeron entre escándalos de corrupción, proyectos inconclusos y una creciente crisis energética y fiscal.
Reyes Villa concluyó con un llamado a la acción: “Bolivia puede y debe ser un país poderoso, pero eso exige liderazgo con visión de futuro, valentía para romper con los esquemas del pasado y voluntad de poner a los bolivianos primero, por encima de ideologías o intereses personales”.
El Bicentenario, más que una fiesta, se convierte así en un llamado urgente a la reflexión y a la reconstrucción de un país que aún no ha alcanzado la libertad plena ni el bienestar prometido hace 200 años.