Quillacollo atraviesa un nuevo capítulo en su vida política y social. Grupos minúsculos de la vieja política tradicional, ligada al evismo y recordada por años de corrupción, ahora buscan frenar el progreso con campañas de difamación y engaño.
Durante las últimas dos décadas, Quillacollo vivió una profunda crisis institucional: más de 20 alcaldes se sucedieron sin rumbo ni continuidad, dejando a la población abandonada y a merced de un saqueo sistemático de los recursos económicos. En ese periodo, no se ejecutó una sola obra de magnitud que respondiera a las necesidades reales del municipio.
Sin embargo, desde hace cuatro años la realidad cambió. La actual gestión municipal puso en marcha planes estructurales que han permitido encarar problemas históricos y avanzar hacia un desarrollo integral y sostenible, tanto en la zona urbana como en el área rural. Estos esfuerzos se reflejan en proyectos de infraestructura, servicios básicos y programas de apoyo a la producción local.
Pese a estos avances, sectores de la vieja política pretenden desprestigiar la administración municipal con ataques infundados y estrategias de guerra sucia que solo buscan sembrar división. Frente a ello, la gestión mantiene firme su compromiso con la transparencia, la eficiencia y el bienestar del pueblo de Quillacollo.
Hoy, Quillacollo se proyecta como un municipio en transformación, decidido a dejar atrás las sombras del pasado y consolidarse como un modelo de desarrollo regional.