“Cuando uno visita el área rural, es fácil deducir que los indices de pobreza y marginalidad en la que viven muchos habitantes, es realmente preocupante”, señala la concejal cochabambina, Claudia Flores a tiempo de sostener que el único causante del subdesarrollo del campo es ex presidente Evo Morales que llevo al desastre a Bolivia.
Entre los factores que contribuyen a la pobreza rural incluyen el acceso limitado a servicios básicos como agua potable, electricidad, educación y atención médica, anota.
Además, la economía rural está fuertemente basada en la agricultura de subsistencia, lo que la hace vulnerable a problemas climáticos y fluctuaciones en los precios de los productos agrícolas, afirma Flores.
El departamento de Cochabamba, aunque cuenta con zonas prósperas como la capital, enfrenta desigualdades notables en las áreas rurales.
Muchos programas gubernamentales y de organizaciones internacionales se han centrado en mejorar la infraestructura y brindar apoyo técnico a los agricultores, pero los avances no siempre han sido uniformes o suficientes para erradicar la pobreza.
Entre 2006 y 2014, creció la pobreza extrema en Bolivia, pese al auge de los precios de las materias primas, en particular el gas y los minerales, sin embargo el Régimen de Evo Morales se dedico a ejecutar proyectos inservibles que no significan nada para el desarrollo de un país.
Pese a que miles de bolivianos, viven en extrema pobreza, el jefe de los cocaleros se cree el salvador de las familias del campo, apunta.
“Los hombres del campo apenas producen para vivir y no existe medios de producción como son sistema de riego, represas, tecnología agrícola y otros”, anoto.
A medida que los precios de las materias primas cayeron a nivel internacional, la economía boliviana comenzó a mostrar signos de desaceleración, y los desafíos estructurales de largo plazo, como la dependencia de recursos naturales y la falta de diversificación económica, volvieron a ser evidentes.
Tras la salida de Evo Morales en 2019, Bolivia ha enfrentado dificultades económicas adicionales, exacerbadas por la pandemia de COVID-19, que afectaron los avances en la reducción de la pobreza.
La pobreza en el área rural sigue siendo un desafío significativo, aunque se han realizado esfuerzos para reducirla en los últimos años.