En la semana que concluye, la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos deploró el documental ¿Qué pasó el 26J?", presentado recientemente en Bolivia por el Ministerio de Gobierno.
Durante la proyección de la producción audiovisual de esa cartera con poco más de una hora de duración, el exgeneral y exjefe del Ejército Juan José Zúñiga, cabecilla del fallido golpe militar del 26 de junio último en La Paz, emitió confesiones que involucran a funcionarios del Gobierno norteamericano con esa intentona castrense.
«Hemos visto las acusaciones falsas y ofensivas vinculando a EE.UU. con los hechos del 26 de junio», afirmó el Ejecutivo de EEUU a través de un comunicado, reproducido por su Embajada en Bolivia.
El texto insiste en que Washington centra sus esfuerzos en la democracia.
Pese a que en el documental es el general golpista quien personalmente señala a Washington durante el interrogatorio, la Oficina del Hemisferio Occidental culpa a la Administración del Movimiento al Socialismo.
«El gobierno del MAS sabe que sus acusaciones son falsas; dejen de intentar involucrar a los Estados Unidos en las luchas internas de Bolivia», concluye el escrito.
Las declaraciones de Zúñiga provocaron el martes último una conferencia de prensa en plena Plaza Murillo, epicentro político del país, del legislador departamental paceño Juan José Rúa.
“Durante el documental (…) se evidencia la participación activa de Sonam Liberman, actual funcionario de la embajada, quien se habría reunido con los pachajchos para conversar temas del golpe del 26 de junio (…)”, aseguró.
Los pachajchos son un grupo de poder que opera clandestinamente al interior de las Fuerzas Armadas con la función principal de realizar inteligencia militar con pinchazos telefónicos, seguimiento y recopilación de información sobre los políticos bolivianos.
Sus jefes fueron el exgeneral y exjefe del Ejército Juan José Zúñiga, actualmente aprehendido preventivamente como cabecilla del fallido golpe de Estado, y el exgeneral Hugo Arandia.
Zúñiga admitió en febrero último la existencia de esta logia castrense en declaraciones a la prensa, aunque los describió como patriotas con distinta jerarquía militar.
“El grupo Pachajchos está conformado por excelentes oficiales, suboficiales y sargentos que trabajan en el Estado Mayor. Ellos también son víctimas de mentiras, de calumnias. Ellos trabajan por la patria, por la institución”, sostuvo entonces.
Al referirse al tema, el legislador Rúa dijo a esta agencia de noticias que el civil Fernando Handam (también aprehendido e investigado por la frustrada asonada militar) le habría comunicado a Zúñiga la participación de Liberman.
Sobre el particular, le mostró la tarjeta de contacto del diplomático acreditado como funcionario de la embajada norteamericana y se refirió a él como “mi amigo poderoso de Israel”.
Recordó Rúa que, según confesiones del propio Zúñiga en el producto audiovisual, el nombre de la actual encargada de negocios de Estados Unidos en Bolivia, Debra Hevia, surgió en el documental.
Subrayó que, en medio de los preparativos golpistas, la jefa de la misión estadounidense habría buscado una reunión con Zúñiga, con la referencia del exfuncionario de la embajada estadounidense en La Paz Erick Foronda.
El reconocido periodista estadounidense Jon Lee Anderson visitó en 2019 el país sudamericano para escribir un reportaje publicado en la revista The New Yorker titulado La caída de Evo Morales, en el cual Foronda se declaró agente de la Agencia Central de Inteligencia.
Rúa observó que, al referirse a este escándalo, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, se limitó a publicar un simple comunicado virtual en su cuenta de X, en el cual trató de aclarar que la embajada de Washington en La Paz no tuvo nada que ver en este asunto, y eludió emitir una declaración oficial.
“Todo indicaría que la participación de la embajada norteamericana fue real durante los preparativos del Golpe de Zúñiga”, concluyó el diputado departamental.