La renuncia del ministro de Justicia de Bolivia, Iván Lima, marca un nuevo capítulo en la amarga rivalidad entre el expresidente Evo Morales y el actual mandatario, Luis Arce, con el primero ante un posible procesamiento por su actuación en las recientes protestas.
En su renuncia presentada el jueves, tras una marcha de una semana encabezada por Morales que condujo a varios enfrentamientos con grupos opositores camino a la ciudad de La Paz, Lima señala que ahora podrá impulsar recursos judiciales contra quienes “robaron al pueblo boliviano”, informó la agencia estatal de noticias ABI. También desestimó las afirmaciones de algunos políticos de oposición de que sería nombrado fiscal general por decreto.
Si bien el exministro no mencionó a Morales como posible blanco de procesamiento, el viceministro de Coordinación, Gustavo Torrico, declaró al diario La Razón que el expresidente efectivamente es el objetivo.
“Desde un tiempo atrás, [Lima] había anunciado que iba a seguir procesos legales y jurídicos contra el expresidente, hace unos cuatro meses. En base a eso, el [ex]ministro estaba preparando”, indicó el funcionario.
Después de llegar a La Paz con miles de sus partidarios esta semana, Morales dio un ultimátum de 24 horas para que el gobierno reemplace a todos los ministros, aunque luego lo cambió por un llamado a una solución a los problemas de escasez de combustible del país.
Arce y sus partidarios afirman que los principales objetivos del expresidente son desestabilizar la actual administración y levantar la resolución judicial que le impide presentarse a las elecciones presidenciales el próximo año.
Tras la renuncia de Lima, un grupo que respalda a Morales anunció que evaluaría iniciar un bloqueo de carreteras a nivel nacional el 10 de octubre.
Este año partidarios de Morales bloquearon carreteras durante más de dos semanas debido a una disputa relacionada con los jueces que fallaron en contra de la candidatura de Morales y un retraso en las elecciones judiciales.
Se estima que las protestas dejaron pérdidas económicas por un valor de US$1.000 millones.