Quillacollo durante los últimos 14 años soporto una despiadada acción de toma del poder a través de chantajes, dadivas, pedidos de obras o cuotas de poder en la administración de la alcaldía. A ello se suma que los alcaldes son destituidos y desplazados de sus cargos por graves actos de corrupción que provoca escándalos t terminan con la caída de autoridades municipal.

En 14 años, los actores sociales y los políticos, hicieron caer 10 alcaldes, muchos de ellos fueron a la cárcel, unos con actos ilícitos comprobados y otros en proceso de confabulación o conjura política.

De acuerdo un estudio socio-político que desarrollo el sociólogo Zenón Padilla Arancibia se revela: “los alcaldes de Quillacollo, cayeron en la trampa del chantaje por parte de los grupos de poder social y político que obligaban a los autoridades a imponer obras en favor de empresas chutas o fantasmas, piden direcciones y se dedican a cobrar diezmos a cambio de mantener al alcalde de su preferencia”.

Padilla afirma: “Quillacollo, por presión de grupos externos dedicados al coacción y extorsión ponen en riesgo el futuro de esta importante región de Cochabamba, que se encuentra sumido en el total abandono.

“Alguien tendrá que investigar la fortuna de dirigentes de juntas vecinales, otbs, políticos y otros para saber cuánto de dinero se embolsillaron con el chantaje político”, señala el sociólogo.

Padilla expreso: “de acuerdo al estudio, se ha podido constatar que el actual alcalde municipal de Quillacollo, Héctor Cartagena, que no pertenece al MAS, sufre acoso político. Hay permanente conjura y confabulación política”

“Se ha establecido que los grupos de poder social y político,  exigen al alcalde Cartagena, pegas, dadivas, obras, contratación de familiares en puestos importante. El alcalde se enloquece y no sabe qué hacer. El sindicato es otro grupo que obliga al alcalde a cumplir algunos beneficios y contratar familiares”, acoto.

Zenón Padilla, sugiere combatir la corrupción, luchar contra el nepotismo, el alcalde debe denunciar sin temor las presiones políticas y buscar una reconciliación con los verdaderos actores de la sociedad que reclaman un mejor bienestar.