Martes, 13 Mayo 2025
0
Compartidos

En Bolivia dictan sentencia por delito de biocidio, muerte de un can

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

El Juzgado de Sentencia Penal dictó cuatro años de prisión en la cárcel de San Sebastián para Daniel R.A. de 38 años, quien provocó el deceso del can Joky.

La fiscal departamental en Cochabamba, Nuria Gonzáles Romero, indicó que se trata de la “máxima sentencia” por ese delito en el país.

“Hasta ahora es la máxima pena obtenida en un caso de Biocidio en el país. En este caso, la fiscal de materia presentó todas las pruebas colectadas en la investigación (…) por lo que la autoridad jurisdiccional emitió la sentencia para el autor del delito”, indicó Gonzales según un reporte de la Fiscalía.

Entre las pruebas estuvieron el informe de intervención policial, la declaración testifical del médico veterinario, el informe del perito de Zoonosis de la Alcaldía de Cochabamba, que estableció las causas de la muerte del can, y otras que fueron valoradas.

La fiscal de materia Amalia Cruz Vera recordó que el 7 de diciembre de 2021, en la avenida Siglo XX de la zona Sud del municipio de Cochabamba, Daniel R.A. salió de su domicilio con un machete y atacó al can Joky, sin razón alguna y le provocó la muerte.

En ese momento, los familiares del agresor que presenciaron el hecho intentaron salvar al can, pero sus lesiones eran muy graves, por lo que llamaron a la Policía y el Daniel R. A. fue aprehendido.

El animal fue llevado a una veterinaria en la que informaron que murió por múltiples lesiones punzocortantes, politraumatismo múltiple con hemorragia difusa y shock hipovolémico.

Se trata de la segunda pena por biocidio, tomando en cuenta que a inicios de este mes, el Juzgado 13vo de Instrucción Cautelar emitió la primera condena por ese mismo delito en contra de Ronny M, de 26 años de edad, quien provocó el deceso de un can de raza Cocker de nombre Toffy en la ciudad de Santa Cruz, en agosto de 2022.

0
Compartidos
Implementado por Marcelo Colpari – BOLIVIA PRENSA