En momentos en que Bolivia soporta una crisis política y económica, algunos líderes políticos se dan a la tarea de apresurar sus campañas electorales con la difusión de encuestas “dirigidas”, para ello inventan y fabrican encuestas pagadas, según analistas políticos y exasambleísta, Freddy Gonzales Rodriguez
Este domingo en Bolivia se divulgó una encuesta pagada y falseada, presuntamente por una empresa que dirige la familia Garafulic que en su momento fueron propietarios de los diarios La Razón, Extra, El Día y ATB, ahora se dedican a desarrollar encuestas poco transparentes y creíbles a favor de clientes que financian para estar primeros en las preferencias electorales, afirman.
Los Garafulic son amigos de Jorge Quiroga y exasesores de Hugo Banzer, en su dictadura y en su versión democrática. Asimismo gozaron de la confianza del expresidente Jaime Paz Zamora, padre de Rodrigo Paz, otro favorecido por las encuestas amañadas.
“Por eso la empresa Garafulic publica una encuesta digitada y maniobrada para hacer ver que Tuto Quiro y Rodríguez Paz, aparecen en primeros lugares de la encuesta que se difundió y replicó hoy por varios medios”.
ANÁLISIS
En Bolivia, como en muchos países, existe la percepción de que algunas encuestas podrían ser manipuladas, financiadas o fabricadas para favorecer a determinados políticos o partidos. Algunas encuestadoras no revelan detalles clave como la metodología, el tamaño de la muestra, el margen de error o la manera en que se formularon las preguntas, lo que genera sospechas sobre su imparcialidad.
Es común que ciertos actores políticos encarguen encuestas que presenten resultados favorables para influir en la opinión pública, fortalecer su narrativa o desmotivar a los opositores. Para ello se valen también de medios de comunicación dispuestos a publicitar las mentiras.
Las encuestas son herramientas poderosas para moldear percepciones. Publicar resultados favorables puede crear un efecto de "voto útil" o convencer a los votantes de que una candidatura es viable.
En algunos casos, surgen empresas con poca trayectoria o sin credibilidad que publican datos sesgados o directamente fabricados.
El politólogo afirma que “una encuesta legítima debe explicar claramente su diseño, tamaño muestral y cómo fue realizada. Contrastar resultados de distintas encuestadoras ayuda a identificar posibles anomalías.
Es importante saber quién financió el estudio y si tiene vínculos con algún partido o interés político.
En Bolivia, encuestadoras como CIESMORI, Ipsos y otras han sido objeto de cuestionamientos y debates por su papel en los procesos electorales. Al mismo tiempo, los ciudadanos y periodistas deben mantenerse críticos y exigir mayor transparencia y manejo riguroso en estos procesos.
Las encuestas asociadas a Luis Eduardo Garafulic son temas de interés en Bolivia, ya que su figura está vinculada a la política y el análisis electoral. Aunque no existe una encuestadora formal llamada "Garafulic", en ocasiones su nombre aparece relacionado con sondeos o análisis de datos electorales que generan debate.
En Bolivia, algunos sectores consideran que ciertos estudios asociados a personalidades como Garafulic podrían estar influidos por intereses políticos. Esto ha llevado a cuestionamientos sobre la objetividad de los datos.
Los estudios o encuestas que se vinculan a nombres conocidos, como Garafulic, pueden tener un impacto considerable en la percepción de los ciudadanos, especialmente en períodos preelectorales.
Es difícil encontrar detalles específicos o bases metodológicas claras de "encuestas de Garafulic", lo que genera incertidumbre sobre su autenticidad y rigor.