La falta de combustible en Bolivia continúa generando pérdidas millonarias en varios sectores estratégicos. Este lunes, la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex) informó que hay cerca de 11.000 camiones varados por la escasez de diésel y que las pérdidas diarias superan los dos millones de dólares.
“Ocho de cada diez camiones están parados haciendo cola por más de cinco o seis días, en los surtidores”, manifestó Oswaldo Barriga, presidente de la Cadex a los medios locales.
Barriga exigió al Gobierno regularizar el suministro de diésel porque “se pone en riesgo las exportaciones, la producción general, la sostenibilidad de la economía y de las empresas del país”.
Entre enero y julio, Bolivia registró un déficit comercial de 496 millones de dólares, según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), una entidad especializada en análisis de datos de comercio exterior en base a información del Instituto Nacional de Estadística. Sin embargo, la cifra reportada en los primeros siete meses de este año es menor que el déficit comercial de 663 millones de dólares registrado en el mismo periodo de 2024.
Bolivia atraviesa una crisis de combustible con prolongados periodos de desabastecimiento de diésel y gasolina que han generado largas filas en surtidores y protestas de varios sectores. Según datos de la Asociación de Surtidores de Santa Cruz, la asignación de combustible ha caído hasta en un 40 % en algunas regiones y hay estaciones de servicio han quedado fuera de operación durante varios días a causa de la disminución en las dotaciones.
El problema central consiste en la falta de divisas para importar el combustible que el país demanda, ya que Bolivia depende en gran medida de las importaciones: importa cerca del 90 % del diésel y más de la mitad de la gasolina que consume. Además, la política de subsidios estatales obliga a vender combustibles por debajo del precio real, lo que agrava la presión sobre el presupuesto nacional.
En medio de la actual crisis de desabastecimiento de diésel, el Gobierno de Luis Arce, cuyo mandato concluye en noviembre, informó se puso como plazo resolver la escasez hasta octubre y reconoció que actualmente “no se está logrando cubrir” la demanda, especialmente del sector productivo.
Según el presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, se necesitan al menos 60 millones de dólares semanales para cubrir la demanda interna, una cifra menor que lo asignado en el Presupuesto General del Estado. Debido a la limitación presupuestaria, hubo periodos en los que se operó con apenas el 60% o 70% del volumen necesario, afirmó el presidente de la estatal petrolera en una entrevista radial en julio.
La anterior semana, el ministro de Desarrollo Rural, Yamil Flores, admitió que hay un retraso en la entrega de diésel para el sector productivo pero aseguró que se cumplirá con los compromisos asumidos.
“Nos falta entregar alrededor de 20 millones de litros de los 70 millones planificados, le pedimos paciencia a los productores. Vamos a coordinar, recabar información y garantizar los volúmenes necesarios”, afirmó.
Pese a las promesas de aumento de suministro, varios sectores productivos se han declarado en emergencia y anunciaron movilizaciones, como la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos o los productores de la región de San Juan, al norte de Santa Cruz, quienes tomaron de forma simbólica un pozo petrolero y bloquearon una carretera para protestar por la falta del carburante.