Martes, 19 Agosto 2025
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Bicentenario en sombras: Bolivia cumple 200 años entre pobreza, crisis y abandono

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Bolivia llega a su Bicentenario este 6 de agosto de 2025 sumida en una de las etapas más críticas de su historia contemporánea. Mientras el país conmemora dos siglos de vida republicana, miles de familias viven el 6 de agosto sin nada que celebrar.

Lejos de celebrar los avances de dos siglos de vida independiente, el país enfrenta una profunda crisis económica, energética y social que pone en duda el verdadero significado de esta fecha histórica para millones de bolivianos.

A 200 años de la fundación de la República, Bolivia continúa atrapada en un modelo económico dependiente de la exportación de materias primas, muchas veces sin valor agregado, y en manos de intereses extranjeros que saquean los recursos naturales con la venia de los gobernantes de turno.

Mientras tanto, no existe una política clara de desarrollo productivo, y el aparato industrial nacional ha sido prácticamente desmantelado.

El área rural, que debería ser la base de la soberanía alimentaria del país, se encuentra hoy en estado de abandono. Familias campesinas emigran en masa hacia las ciudades o al extranjero, dejando extensas áreas de cultivo improductivas y comunidades fantasmas. La migración forzada, producto de la falta de oportunidades, marca la realidad de miles de bolivianos que ya no creen en las promesas de un Estado ausente.

En las ciudades, la situación no es distinta. El desempleo, la inflación y la precariedad laboral golpean a la clase media y a los sectores populares.

La falta de inversión en salud, educación y tecnología evidencia el estancamiento estructural del país. Bolivia, en pleno Bicentenario, no ha logrado superar los males que arrastra desde la época colonial: pobreza, dependencia, corrupción y exclusión.

Mientras en algunos palacios se celebran actos protocolares y discursos cargados de triunfalismo, en los pueblos del país la gente se pregunta qué se celebra realmente este 6 de agosto. La desconexión entre la realidad del pueblo y el relato oficial es cada vez más profunda.

A 200 años de su independencia, Bolivia no necesita fuegos artificiales ni festivales, sino un proyecto nacional que devuelva la esperanza a su gente, recupere el potencial productivo del país y ponga fin al saqueo de sus riquezas.

El verdadero homenaje al Bicentenario debería ser un compromiso firme con el desarrollo, la justicia social y la dignidad del pueblo boliviano. (FAUSTO COLPARI)

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Implementado por Marcelo Colpari – BOLIVIA PRENSA